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Al ser un ao preelectoral, de forma paulatina y gradualmente, seremos bombardeados con bastante propaganda, con reality shows meditico poltico judicial, distracciones, entretenimientos, intentando repetir ms de lo mismo, es decir, aquellas viejas y trilladas frmulas de polarizar todo en un mismo partido poltico o en colocar a dos supuestos contendores bajo los antiguos rtulos de Izquierdas Vs Derechas, con sus respectivos derivados (como ser: poder popular, neonacionalismos, etc.) o apantallar con supuestas rivalidades de bandos socialistas Vs libertarios, entre otras ocurrencias ms pero lamentablemente carentes de sustancialidad, sin existir debates de excelencia ni bsqueda de una sociedad densa.
Como pueblo, cada uno de nosotros, ya no debemos conformarnos en escuchar lo mismo de siempre pues quien madura, es aquel, que discute temas nuevos.
En ese sentido, resultar un total absurdo, aquel que pretenda vivir del pasado, que desee solo estancarse distrayendo su mente (para no mirar la realidad) o que desee hacer creer a los dems, que tal o cual poltico, debiera retornar de forma inconstitucional (bajo la falacia jurdica de que la reeleccin discontinua estara vigente siendo que la Constitucin establece textualmente lo contrario - art. 168 CPE-), promocionando la cretina idea de que en su periodo circul mucho ms dinero, como si eso hubiera ocurrido, por la sola presencia circunstancial de dicha persona, cuando obviamente eran otros tiempos, se contaba, por ejemplo, con importantes ingresos econmicos provenientes del IDH (mismo que fue, en realidad, gracias al extinto Dr. Hormando Vaca Dez, quien en el ao 2005, como cabeza del Senado, promulg la Ley 3058), existan mayores reservas internacionales gracias a la poltica econmica de otros presidentes de gestiones pasadas; y peor an, que la gente olvide de manera cmplice todo el abuso de poder y los crmenes cometidos, al extremo, de que actualmente existen demandas millonarias contra el Estado boliviano por los atentados a los derechos humanos por culpa de todos los excesos e injusticias incurridas, los cuales sern pagados con dinero de todos los bolivianos (Tesoro General de la Nacin, TGN).
Como bolivianos, por nuestro propio bien, es hora que debamos preguntarnos si los postulantes a gobiernos de turnos cumplen con la Constitucin boliviana (CPE), en cuanto a la materializacin de nuestros derechos y garantas constitucionales.
Si con toda la carga tributaria y social, los trmites burocrticos, el enorme dficit fiscal, el monstruoso gasto pblico y la nociva idea de pretender construir un pas con puros planes sociales, subvenciones, empleo pblico e informalidad (provocando una sociedad decadente en principios ticos morales), se ve todo ese enorme desembolso reflejado en bienestar social, es decir, si el Estado est cumpliendo a cabalidad con todas sus obligaciones que tiene hacia cada uno de los bolivianos.
Independientemente de los colores y tendencias que tengan los personajes polticos circunstanciales, debemos inquirirnos, si realmente hemos venido gozando de certidumbre y de seguridad jurdica mediante una administracin de justicia autnticamente proba, independiente e imparcial (art. 178 CPE), si como pas contamos con una buena infraestructura (si no sufrimos los perjuicios por falta de inversin en infraestructura), si existe libertad de empresa (art. 308-II CPE), si existe respeto a la iniciativa empresarial y la seguridad jurdica (art. 311-II num. 5 CPE).
Preguntarnos con total sinceridad: se protege y se garantiza realmente a la propiedad privada (art. 56 CPE)?, tenemos acceso a la informacin pblica veraz, pronta, oportuna, y si existe una lucha eficiente contra la corrupcin y el contrabando (arts. 8-II, 21 # 6; 180, 232, 235 CPE)?, se detesta la corrupcin o se la premia?, se castiga, se devuelve y se resarce todo el dao econmico sonsacado de las arcas del Estado por parte de funcionarios corruptos que se enriquecieron y beneficiaron, ellos y sus familiares?, existe reproche pblico contra el funcionario corrupto?, la corrupcin en el pas, es un problema permanente?; o, seguimos engandonos, bajo la falsa creencia, de que es un problema transitorio (buscando reformitas formales y marketing jurdico)?, existe educacin de calidad (arts. 77 CPE)?, contamos con seguridad personal (art. 23 CPE), acceso libre a servicios pblicos de salud de calidad (arts.105, 306 # 5, 321-II CPE)?, el pueblo cuenta con empleos dignos y formales (art. 54 CPE)?, entre otros derechos ms, que como pueblo, es lo que ms nos interesa por encima de cualquier supuesto carisma o no que tenga algn ser humano en particular, sea ste poltico veterano, poltico joven o un forastero (outsider).
Si no es as, entonces, debemos ser coherentes con el inters general, esto es, que quien administra el Estado deba cumplir con sus obligaciones y no provocar, al contrario, la perversa desinstitucionalizacin, donde la gente acaba sin tener confianza en la funcin pblica frente a una crisis profunda de credibilidad de los polticos (sean stos del oficialismo o de la oposicin).
Debemos entender y comprender, que cuando un problema es transitorio podemos soportarlo, pero cuando el problema es permanente, el nico camino para mejorar, es el cambio de conducta y de actitud, dejando de una vez por todas de revalidarlo.
En cada boliviano, es menester que surja la voluntad de cambiar, trabajar en ello (no convalidando la informalidad, la corrupcin generalizada y desvergonzada); y, lo mismo, por parte del poltico, plasmando su conducta en conseguir reducir el dficit fiscal, achicar el Estado agigantado, aminorando significativamente el gasto pblico, conseguir supervit fiscal que permita la no emisin para que no se dispare el dlar (as tambin, para liberar del cepo al dlar - aquel corralito de las cuentas bancarias en moneda extranjera- es obligatoriamente necesario, contar con las reservas internacionales en nmeros positivos); lograr calidad institucional, desregularizando la excesiva imposicin al formal (levantar el pie que aplasta al formal), mediante reforma fiscal, laboral (flexibilizacin laboral), transformacin de los planes sociales en trabajo genuino; proteger y garantizar los derechos antes mencionados.
De no ocurrir aquello, recordemos que todo ahorrista responde: a) por el riesgo (tiene aversin al riesgo); y, b) por el costo de oportunidad, es decir, de nada servir que quienes inviertan en propiedad privada (la cual enraza a las personas) frente a una calificacin elevada en ndice de riesgo pas e inseguro, la gente (principalmente joven) al estilo venezolano, acabarn salindose de sus propios pases, portando dinero que sea aceptado en otros pases y con mochila liviana, abandonando sus bienes en bsqueda fornea de alimentos, estabilidad y liquidez (para subsistir y si es posible crecer econmicamente), acrecentndose cada vez ms, los padres hurfanos de hijos, en aquellos pases riesgosos.
Por todo ello y con mayor razn, no se debe llegar a esos extremos, por ende, debemos saber de antemano, que el mayor riesgo, es no hacer nada. Sabemos que la inseguridad paraliza, pero eso es peor. Entre hacer y no hacer, siempre es mejor hacer, y ese hacer, consiste en tomar buenas y oportunas decisiones con tica, responsabilidad y compromiso.
Sembremos conciencia y empecemos cada boliviano a cambiar con sentido comn, sin fanatismos ni dogmas y, de esa manera (trabajando en nosotros mismos), se propaga ese cambio y en consecuencia la realidad cambia; caso contrario, a sabiendas tendremos que atenernos a las consecuencias.