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A pesar del altísimo costo político y diplomático que significó el operativo de las fuerzas policiales ecuatorianas en contra de la embajada mexicana en Quito, con el objeto de arrestar al exvicepresidente de esa nación, Jorge Glas, asilado en esa representación diplomática, es importante señalar que, al margen de esa ilícita acción, el mencionado señor Glas gozaba de libertad condicional, después de haber sido enjuiciado y condenado a una pena de 12 años de cárcel por peculado, cohecho y crimen organizado. Salió de la cárcel mediante un soborno de 250.000 dólares concedido por un conocido narco, para los jueces que le otorgaron las medidas cautelares.
Si bien es cierto que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 18 de abril de 1961, vigente desde el 24 de abril de 1963, en su Artículo 22 señala: “los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión”. No es menos cierto que, en los sesenta años transcurridos desde que fue dictada esa norma, son innumerables las trasgresiones cometidas contra ella, lo cual, si bien no absuelve la contravención, nos indica la urgencia de actualizarla.
En nuestra opinión, una de las razones más gravitantes para la comisión de las contravenciones al Convenio Sobre Asilo Territorial, mencionadas líneas arriba, es la creación del crimen internacional organizado, hábilmente camuflado con el disfraz de foros políticos, como el de Sao Paulo, más tarde trasformado en el Foro de Puebla, para los cuales, hasta se les fraguó una doctrina rimbombante y utópica, como la del “Socialismo del Siglo XXI” cuyo autor, el alemán Karl Heinz Dietrich la desconoció, por falta de pago a sus servicios o por simple impudicia. Ahora bien, dichas organizaciones políticas jamás tuvieron la intención ni el respeto a convenio alguno y menos, por supuesto, a convenios como el de asilo territorial, donde claramente, en su Art. VI indica que el beneficio de asilo no es procedente para personas con delitos comunes.
Curiosamente, uno de los países que más sufrió las graves contravenciones al famoso convenio antedicho fue el Ecuador, donde el expresidente Rafael Correa, connotado miembro del Foro de Sao Paulo, no tuvo el menor reparo en prestar a las Fuerzas Armadas de Colombia FARC, organización irregular, integrante del Foro de Sao Paulo, el territorio ecuatoriano de Santa Rosa de Sucumbíos, donde Jorge Briceño Suarez, apodado el mono JOJOY, erigió su campamento y donde murió el famoso comandante Raúl Reyes, considerado el número dos de las FARC junto con otros 16 guerrilleros en la “Operación Fénix”, un 1 de marzo de 2008 sobre su campamento localizado cerca de la frontera con Colombia.
Finalmente, resulta curioso y sugestivo que, en todos los impasses diplomáticos suscitados desde hace una década, en países gobernados por adláteres de esa organización internacional, esté siempre involucrado el régimen mexicano del Sr. López Obrador, ya sea en la concesión de asilo a delincuentes o proscritos de la ley, actitud loable, siempre y cuando ésta decrete el Final del Foro de Puebla.