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Cuando llegamos al punto en el cual descubrimos que las apariencias mostradas son una falsa fachada, la curiosidad nos lleva a querer ver más allá de ella.
Y entonces, nos damos cuenta que el fondo es tan vacío como la superficie. Pero se muestran con gran habilidad como expresiones sociales serias y creíbles. Voy a ser directo.
Jorge (tuto) Quiroga, nos dice que él hará de Bolivia la capital mundial del Litio.
Samuel Doria Medina, nos dice que él hará aparecer los dólares en 100 días.
Manfred Reyes Villa, nos dice que él hará, lo que en 200 años en Bolivia, no se hizo.
¿Usted cree que alguna de estas promesas centrales, son creíbles?
Francamente, si Evo Morales y toda su manada de delincuentes, han tenido 20 años para tratar al ciudadano como un imbécil al que se le puede hacer tragar, desde sapos, hasta heces, ¿tenemos que aceptar, a los que se definen como sus enemigos, nos traten de la misma manera? ¿Entonces cuál es la diferencia?
Y, hay quienes reclaman para cuidar a estos señores. Dicen, que son preferibles, cualquiera, al MAS. Pues se equivocan. Van a tener MAS de lo mismo.
Hay un trasfondo sucio. Sustentado en una crisis contenida desde que el MAS llegó al gobierno. Y este regusto por repetir el plato sucio que nos dejaron, evocado como el mejor, divide a la sociedad, entre los buenos (indígenas) y los malos (criollos) lo que facilita la desorientación que estamos sintiendo.
No es momento, por eso, de ser condescendientes con quienes aspiran a ser los conductores del cambio.
Hay que exigirles rigor académico, ya que todos se asumen profesionales, rigor ético y honestidad programática. Si no les ponemos la valla alta, para que pasen el examen, entonces, luego no nos quejemos de los resultados que obtengamos.