- 2010-09-12
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Hay circunstancias en donde callarse es mentir", exclamó Miguel de Unamuno en el último y más recordado de sus discursos públicos. Es imposible olvidar esa frase cuando se lee el manifiesto difundido por ocho intelectuales y académicos de izquierda sobre la situación de Cuba cuyo título es, precisamente, "No callar".
En efecto, los firmantes de esa proclama se desmarcan del silencio que la mayoría de la izquierda uruguaya mantiene desde la muerte del disidente Orlando Zapata, así como de la situación de otros presos de conciencia que apelan a la huelga de hambre como forma de protesta ante la situación de su patria.
El texto publicado censura la instauración de un sistema político de partido único que desconoce los derechos fundamentales y que encarcela "a personas con coraje que se han atrevido y se atreven a reclamar". Los autores del manifiesto, entre ellos dos ex-decanos universitarios, recuerdan expresiones del propio Fidel sobre un caso de huelga de hambre en un país europeo en donde calificaba la pasividad del gobierno en cuestión como una "repugnante atrocidad".
Pues bien, esa atrocidad es la que se condena en el manifiesto de modo contundente, sin el consabido disimulo ni los usuales recursos retóricos que la izquierda suele emplear para camuflar la gravedad del drama cubano. Harían bien los dirigentes del Frente Amplio en releerlo con cuidado para comprender que, a estas alturas, resulta inaceptable cualquier tipo de complicidad con el régimen castrista.
Y que, como dicen los ocho, el deber de todos es "no callar ante las repugnantes atrocidades y ponerse del lado de quienes, sin más armas que su cuerpo, reclaman legítimamente sus derechos".