- 2010-09-12
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En medio de las celebraciones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre la Crisis Climática y los Derechos de la Madre Tierra, como se ha venido a denominar esta especie de “Woodstock originario del medio ambiente” que se acaba de inaugurar en Cochabamba, los pobladores de la provincia Nor Lípez anuncian la radicalización de sus medidas de fuerza en contra la Empresa Minera San Cristóbal.
Como un detonante para este estado de cosas, el inefable ex ministro de hidrocarburos de este gobierno, Andrés Solíz Rada, en su mejor estilo de “Espanta plata”, hizo circular hace un mes por la red del ciberespacio un artículo titulado: “El escándalo de San Cristóbal” en el que denuncia la utilización por parte de la empresa de 50.000 m3 de agua por día, cuyo costo es muy superior a los 35 millones de dólares que tributa. Asimismo advierte sobre un grave impacto ambiental de imprevisibles consecuencias en la zona aledaña al yacimiento.
Por supuesto, no menciona para nada los diez años que le tomó a la empresa preparar el yacimiento, el traslado de toda una población a instalaciones dotadas de todos los servicios, que incluyen los de electricidad, salud y educación y finalmente, los 1,400.000.000 de dólares invertidos en el proyecto.
Como si de un libreto preconcebido se tratara, el canciller Choquehuanca declaró ayer que San Cristóbal gasta 600 litros por segundo. ...“Nosotros -dijo- que somos dueños del agua pagamos por ésta, hasta los pequeños negocios pagan, pero una transnacional que roba nuestros recursos, que saquea toneladas de minerales todos los días, no paga ni un centavo…” Tales declaraciones no dejan de sorprendernos, toda vez que el presidente Morales visitó la mina en junio de 2009, ocasión en la que indicó que se sentía feliz de lo que veía y que Bolivia respeta a las empresas extranjeras. Afirmó estar impresionado por el trabajo que realiza la empresa..., dando todas las garantías en temas de seguridad jurídica.
Lo curioso del caso es que al referirse a las aguas del Silala que, en una cantidad mucho mayor que la usada por San Cristóbal, se van gratuitamente a Chile desde hace más de un siglo, los chilenos nos comunican su disposición de pagar la ridícula suma de 15.000 dólares diarios, siendo que en Antofagasta, por ejemplo, una cuenta de agua de 20 metros cúbicos cuesta alrededor de $US. 26.000.
En medio de todo este conflicto, llama la atención el obstinado bloqueo de la línea del ferrocarril que se dirige a los puertos chilenos; la toma forzada, saqueo e incendio de las instalaciones de la empresa; el volteo de los contenedores de mineral y sobre todo, la presencia de dirigentes que con inconfundible acento chileno enarbolan la bandera chilena y piden a voz en cuello su anexión a dicho país. Tal actitud, abiertamente separatista y traidora a la patria, obliga a nuestras autoridades a imponer el mismo orden que se impuso en el hotel Las Américas en Santa Cruz y/o trasladar a los facciosos a la ciudad de La Paz y conducirlos de San Cristóbal a San Pedro.