- Portada
- 2025-05-21
Loading
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]
Este 10 de mayo no es un día de celebración, sino de memoria, resistencia y denuncia. Conmemoramos el Día del Periodista Boliviano en un contexto marcado por la precariedad, la violencia y la impunidad. Ejercer el periodismo en Bolivia se ha convertido en un acto de coraje. A cien años de la promulgación de la Ley de Imprenta, reafirmamos que sin prensa libre no hay democracia posible, dice un pronuciamiento de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB).
Añade que la situación del periodismo es crítica. Los periodistas enfrentamos condiciones laborales inestables, bajos salarios, acoso judicial, y agresiones físicas y simbólicas. Las campañas de desprestigio impulsadas desde el poder político, aparatos propagandísticos o redes sociales buscan minar la credibilidad del periodismo independiente. El uso instrumental de la publicidad estatal y la desinformación sistemática agravan la crisis y ponen en riesgo el derecho ciudadano a una información libre, plural y verificada.
"Frente a esta realidad, exigimos acciones inmediatas. Urge romper el pacto de impunidad que ampara a quienes atacan a periodistas. Cada agresión impune fortalece el miedo y debilita la democracia. El Estado debe garantizar mecanismos efectivos de protección, especialmente para periodistas mujeres", reclama la ANPB.
También rechaza toda forma de criminalización del periodismo mediante el uso arbitrario del sistema judicial. La Ley de Imprenta debe ser respetada como garantía de libertad de expresión y no reinterpretada para castigar la crítica.
También demandan condiciones dignas de trabajo: contratos estables, seguridad social, libertad sindical y respeto a los derechos laborales. La independencia del periodismo no es posible en medio de la precarización.
"Reafirmamos la necesidad de un periodismo ético, comprometido con la verdad y con enfoque de derechos. Un periodismo que represente la diversidad del país, que escuche a mujeres, pueblos indígenas, juventudes, diversidades sexuales y sectores históricamente silenciados", dice la Asociación.
Este año de conmemoración del Centenario de la Ley de Imprenta en Bolivia, celebramos un siglo protegiendo la libertad de expresión. La Ley de Imprenta de 1925 es más que una norma jurídica: es un símbolo nacional de la defensa de las libertades. En un siglo, se ha consolidado como una herramienta clave para el ejercicio periodístico y la garantía de los derechos ciudadanos. Su defensa no es solo tarea del gremio periodístico, sino un compromiso de toda la sociedad con la democracia, los derechos humanos y la justicia. En tiempos en que la desinformación, la polarización y el autoritarismo amenazan las libertades, esta Ley sigue siendo una trinchera ética y legal desde la cual se protege el derecho del pueblo a saber. Reivindicamos la plena vigencia de la Ley de Imprenta para la democracia del presente y del futuro.