Viernes 15 de noviembre 2024

Llega 2019, vivamos de utopías



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Soñar no cuesta nada. Que este 2019 que llega con la promesa de ser bastante movidito en el campo político, económico y social, en Bolivia, en el mundo, y en el plano personal, nos encuentre soñando esperanzas. Porque como el sueño, la esperanza no cuesta nada, y debe ser lo único que no debe morir nunca.

Y ¿qué es pues la utopía?. Me gustó una respuesta que dio el escritor uruguayo Eduardo Galeano, cuando dijo que ésta se encuentra en el horizonte, y que cuando uno corre hacia ella, la utopía se aleja. Y entonces ¿para que nos sirve?, le volvieron a preguntar. Y el literato respondió. “Nos sirve para caminar hacia la búsqueda de un mundo mejor”.

Porque es bueno soñar. Eso es lo que hacía por ejemplo el filósofo griego Platón, conocido por plantear, desde su concepción política, una sociedad ideal.

“Donde reina el amor sobran las leyes”, decía por ejemplo y que “la mejor declaración de amor es la que no se hace, pues el hombre que siente mucho, habla poco.

Y recomienda que “el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos: que el estado quien ha de aplicarlas debe ser libre; que sus ciudadanos han de estar unidos y que éstos han de ser cultos”.

Y cuando habla sobre la igualdad, dice que “No hay un solo rey que no descienda de un esclavo, ni un esclavo que no haya tenido reyes en su familia” y que la “mejor riqueza es vivir contentándose con poco” y que ¨buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”.
También en el plano personal sostiene que “el hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”.

En esa época también vivía el filósofo Diógenes, quien dormía en un turril, despojado de todo tipo de bienes materiales, y es célebre un pasaje en el que salió a caminar por las calles con una lámpara y dijo: “estoy buscando hombres honestos”.Y cuando lo pusieron a la venta como esclavo, dijo que lo mejor que hacía era mandar, “comprueben pues quien quiere comprar un amo”, dijo.

Asimismo se cuenta el pasaje en el que el gran Carlo Magno, rey de los francos y hoy reconocido como fundador de las monarquías francesa y alemana, por sus innumerables conquistas, se encontró un día con Diógenes, camino a la India, nación que pretendía doblegar, y fue entonces que al ver al filósofo en la pobreza, le preguntó “qué podría hacer por él”, y este le respondió que “se apartara porque le estaba tapando el sol”. Luego le preguntó porqué su ambición de poder hasta el punto de hacerlo reflexionar y decir que si volviera a nacer, sería como Diógenes.

Así era ese filósofo que fundó la Escuela Cínica, al decir que “el hombre llevaba en sí mismo ya los elementos para ser feliz y conquistar su autonomía era de hecho el verdadero bien” y que el hombre con menos necesidades, era el mas libre y el mas feliz”.
Es bien importante repasar también las corrientes filosóficas de la época, como el Estoicismo que pregonaba el control de los deseos y ambiciones que perturban la vida del hombre para contrarrestar a los Hedonistas, que decía que “la felicidad deriva de una vida llena de placeres?

Pero quien acuñaría el término de Utopía propiamente fue el filósofo inglés, Tomás Moro, como título de uno de sus libros en que plantea la representación de una civilización ideal, fantástica, imaginaria, paralela o alternativa al mundo actual, pero que tuvo sus críticas porque ésta sustentó algunos régimenes comunistas que desdibujaron la naturaleza de un Estado con justicia social.

Es bueno que este 2019 además de pedir paz, amor y prosperidad, reflexionemos sobre estos valores de igualdad, libertad, justicia social, Estado de Derecho, democracia, entre otros, que siempre se encuentran en riesgos de extinción por ambiciones políticas o intereses económicos, y caminemos hacia la utopía de mejores días.