- 2010-09-12
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En una entrevista concedida a El País de España, Lula da Silva reveló algunas de sus maniobras políticas que le hicieron exitoso.
Como primera revelación, dijo que apuntaló el capitalismo para poder encaminarse al socialismo. ¡Gran novedad! Cómo si nadie se hubiese dado cuenta. Primero hizo que el ciudadano invierta en el país, y en la próxima etapa le robará su dinero. Esa es la fórmula progresista.
Le faltó decencia para admitirlo durante estos ocho años en que se crearon más de 14 millones de empleos, de los que se adjudicó su autoría, sólo por dejar trabajar a la gente sin inmiscuirse en sus negocios.
La progresía descubrió que la libertad económica es la generadora de riqueza. Sin embargo no puede aceptar que siendo el capitalismo el sistema perfecto para el desarrollo, éste se mantenga intocable. La ambición de dominio totalitario que tienen los socialistas, hace que una vez que se generó superávit, haya que quitárselo a quienes lo produjeron, o al estado, para avivar sus subsidios populistas.
Aclaró que su relación con la Iglesia y los curas promulgadores de la Teología de la Liberación fueron su base de apoyo para llegar a las masas.
Da Silva, el comunista, ateo, marxista, usó de los prelados para obtener popularidad. Para ser falso, oportunista y sinvergüenza, no hay como el manoseo político de la palabra divina.
Dijo que trata a todas las religiones con respeto porque Brasil es un país laico. Su cada vez más estrecha relación con los fanáticos musulmanes, seguramente es parte de su respeto sin preferencias.
Manifestó que como presidente es un ciudadano “multi-ideológico”, que se lleva bien con izquierdas y derechas por conveniencia.
Ahora que se va del gobierno, soltó la lengua y admitió que su juego fue por conveniencia. ¿Decidió mostrar franqueza o fue un acto fallido?
Entre sus declaraciones afirmó: "Gane el que gane, nadie hará ningún disparate; el pueblo quiere seguir caminando y no volver atrás. Pero déjeme decirle que yo no veo la posibilidad de que perdamos las elecciones".
¿Caminando hacia dónde señor Lula, hacia el capitalismo que sostuvo por conveniencia, o hacia el socialismo que le daría poder absoluto a su partido y su ministra?
Si dice que el PT no puede perder en las elecciones, es porque el fraude y las coimas vienen en camino. No dijo que su partido va a ganar, que serían las palabras lógicas de un presidente saliente con tamaña popularidad. Sabe que el Brasil desconfía de Rousseff, la elección de la candidata fue equivocada, pero es muy tarde para cambiar de yegua.
En la más comprometedora de sus respuestas, dijo: "Necesitamos unas Fuerzas Armadas adecuadas para garantizar la seguridad del pueblo, mantener una política de defensa respetable. No queremos invadir ningún país, pero tampoco que nos invadan a nosotros"
¿Quién lo va a invadir señor Lula? ¿Bolivia, Uruguay? ¡Ojo con Paraguay y Guyana! ¿Qué gran complot o gran mentira, entre todas las que tejió durante estos años, se encuentra detrás de semejante argumento? ¿Cuál es el programa militar que piensa desarrollar con Irán y Rusia?
Su acercamiento a Medvedev y Ahmadinejad, son las alianzas más oscuras que se están gestando en Sudamérica, sin que absolutamente nadie haya dicho una sola palabra en ningún lugar del mundo.
Un Brasil socialista es un peligro mortal para América del Sur. Pero el riesgo no es sólo para sus vecinos, sino para los brasileros, que invirtieron todo en su país, confiados en el “capitalismo temporal” que sustentó el hipócrita Lula da Silva.