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Bolivia lleva en teoría más de cuarenta años en lo que denominan democracia, y han pasado muchos gobiernos llamados tanto de Derecha, Izquierda como centro Derecha, centro Izquierda, con ideas fanáticas a modelos de socialismo y de capitalismo, todo el tiempo polarizados y confrontados. Todos han tenido la oportunidad de gobernar, pero ninguno fue ni es capaz de desarrollar el país y menos dar verdadera calidad de vida a las personas.
Para cualquier gobierno que sea, debe entender que democracia no solo es el voto o que bajo ese pretexto (del voto) se pretenda aducir que, con eso, basta y sobra, para estar legitimados pues ocultan una realidad, esto es, que la ética de la democracia es el respeto y la protección a los Derechos Humanos de todas las personas (de todos los administrados).
Si vemos los resultados de todos los gobiernos, basándonos en datos duros sobre índice de percepción de la corrupción, de crecimiento de PBI, de exportaciones, de inversión directa, de crecimiento de los índices de educación de calidad, de mejoramiento real de los índices de pobreza sin informalidad delincuencial, de mejoramiento del índice de coeficiente Gini, entre otros más, resulta que todos se aplazaron, ninguno desarrolló el país. Y lo mismo ocurre con los demás países sudamericanos, ninguno realmente se ha industrializado de verdad (aún existe mucha dependencia por ejemplo con la explotación de materias primas, como el cobre) y todos tienen protestas masivas en el interior de sus países; por lo tanto, ya no pueden venir con el cuento: “es que de los anteriores, ninguno era realmente de Derecha o de Izquierda” o que resulta que: “ahora sí tenemos la receta, créannos”, y de esa manera continuamos en lo mismo, sin autentico desarrollo.
A nivel latinoamericano, lastimosamente se adolece de una casta política extremista, fanática y dogmática, que desean todo divergir con dogmatismos, pierden el tiempo en conflictos, falta de ética, criticándose entre ellos (olvidándose que el pecado de sus enemigos, no los santifican a ellos mismos) y nunca generan buenas políticas públicas.
Actualmente todos los países en el exterior (incluido por ejemplo China) están aplicando el capitalismo, mediante la apertura internacional y la liberación económica; y, lo que está existiendo en algunos países, son modelos de gobiernos autoritarios por impunidad, que internamente esclavizan y hacen sufrir a sus pueblos (que la gente pierda la alegría de vivir), pero externamente están efectuando capitalismo puro.
Ahora bien, para aliviar los problemas existe aquella idea de votar mejor, pero el problema es que luego sean elegidos los mismos de siempre; y, si eso va ocurrir, pues el pueblo debe ser necesariamente más pragmático, esto es, que en todo momento al político (aquel que es o será empleado público, autoridad o servidor público) debe exigírseles resultados, tomando en cuenta los datos antes mencionados (sobre corrupción, PBI, índice Gini, etc.) siendo ideal que existan nuevos políticos éticos (aquellos que son llamados a ser actores políticos) y que aquellos que ya tuvieron la oportunidad, pues si éstos aducen que realmente les interesa la gente pues que se dediquen a hacer voluntariado, pero ya no reiterar con los mismos de siempre pues si se desean verdaderos cambios es no haciendo lo mismo.
Hay quienes siguen con la vieja y trillada fórmula (divide y reinarás), por cuanto, desean cambiar el pasado por la fuerza y la imposición, montando un circo (reality shows con mediciones mediáticas para mayor manipulación), buscando dividir al pueblo y mantenerlos no solo desinformados, distraídos o entretenidos sino también confrontado entre sí, para debilitarlo, y a través de esa debilidad hacer que las mentiras repetidas terminen aceptándola como verdaderas, demostrando que en vez de aprender la lección de la propia experiencia, de que el abuso de poder a nada bueno lleva, siguen insistiendo en lo mismo, haciendo padecer a su propio pueblo.
Como pueblo (entiéndase pueblo, la suma de individuos, que sale en defensa de sus libertades individuales), no debe caer en radicalismos y fanatismos para luego ser usados como carne de cañón o títeres de los intereses de grupo y/o de las grandes potencias; por lo tanto, lo importante para todo pueblo es la unidad, el pragmatismo y comportarse como República, tal como indica el art. 11 de la Constitución boliviana, esto es, fundando en un Estado Constitucional de Derecho con los principios de separación e independencia de poderes, respeto a los DDHH, entre otros.
Cuando se habla de unidad no es la exclusión de los contrarios sino la suma de los contrarios, por ende, es absurdo romper comunicación, relaciones o conexiones solo porque nos incomoda la forma de ser o de pensar de una persona. Para los verdaderos ciclos de crecimiento es menester aceptar lo que les hace diferentes y respetar lo que supuestamente los separa, pero sin que ello obviamente implique renunciar los valores éticos morales, por lo tanto, se debe tratar de ser mejor persona, siendo íntegros, integrales y pragmáticos, detestando la mentira, la corrupción, la informalidad delincuencial, como ser: lavado de dinero, narcotráfico, contrabando, la evasión fiscal, enriquecimiento ilícito, favorecimiento al enriquecimiento ilícito mediante testaferros que legitiman el dinero producto de la corrupción de políticos inescrupulosos, entre otras más modalidades delictivas, pues eso daña a toda la población e instauran mafias que luego socavan y destruyen la paz y la seguridad de un país.