Miércoles 17 de diciembre 2025

El trastorno de inventarse historias



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Es una tendencia muy humana, que lo que pensamos modifica la percepcin de lo que vemos, es decir, vemos en los dems lo que somos (ley del espejo), por ende, existe una inclinacin a hacernos historias en nuestra mente en base a lo que creemos ver, por lo que muchos pueden vivir sugestionados interpretando todo a la ligera y nicamente en base a su propio parecer, segn a su propio gusto y pensar, sin entender siquiera la realidad concreta, sin una interpretacin objetiva ni darse el trabajo de ejercitar un pensamiento amplio, reflexivo, analtico, crtico y creativo.

La interpretacin objetiva es aquella actividad hermenutica dirigida a desentraar la comn intencin, por ejemplo, de las partes que celebraron un contrato, lo cual involucra no slo lo manifestado o declarado (texto) sino tambin aquellos comportamientos previos y posteriores (extratextual) al acto negocial.

Lo ms complicado es cuando esa mana de hacernos historias en nuestra mente a la ligera (es decir, que no responden a la realidad) es aprovechada por la politiquera como una forma de manipulacin social en base a la mentira y al engao (esto es, sin tica en la funcin pblica), con el propsito de distraer a los dems, encubriendo sus verdaderas y deshonestas intenciones. Y al momento en que los dems recin se dan cuenta es demasiado tarde porque ya consiguieron sus fines.

Bajo esta perspectiva, cuando existen demasiadas historias juntas, todas ellas al mismo tiempo y de forma secuencial por episodios fomentando paulatinamente la anarqua, no solo encierra una gran y monumental distraccin social, sino que tambin se avanza hacia justificar luego posibles acciones que conlleva incumplimiento de deberes y obligaciones por parte del administrador sobre el administrado, arremetindose en contra de las libertades, los derechos y las garantas de este ltimo (instaurndose regmenes autoritarios, de hiperterrorismo y de represin selectiva, consiguiendo impunidad absoluta para todos sus gerifaltes o capitostes).

En momentos de violencia, dramatismo, falta de orden y de respeto a la ley, muchas veces esta confusin y distraccin es aprovechada para dar va libre, a lo clandestino, lo ilcito e ilegal. En palabras de Paolo Ricci (Le origini della camorra, Sintesi, 1989): para las mafias la violencia es un factor ordenador y de regulacin social cuya finalidad es reconstituir un orden que se pretende alterado o suspendido (el orden que la racionalidad mafiosa quiere articular).

Una vez conseguido ese supuesto orden deseado, recin el caos y el desorden no convienen en absoluto al crimen organizado, tal como explica la investigadora Sonia Alda Mejas, afirmando que luego este es el primer interesado en la existencia de cuerpos de seguridad (disolutos) y de un sistema judicial (dbil) que garanticen un orden social estable para poder desarrollar sus negocios sin complicaciones ni perturbaciones. Sin embargo, adems de este entorno, dicho sistema de seguridad ha de proporcionar proteccin a los criminales. Para ello el mbito de la informalidad es imprescindible porque es, en este espacio, donde la ley puede ser negociada o directamente ignorada mediante el soborno a los representantes estatales que integran el sistema de seguridad y justicia. El objetivo ltimo en este caso es lograr la impunidad que significa falta de castigo, lo que explica violacin de una profusa legislacin penal, mediante la cual se endurecen penas pero no llega a los ms poderosos y jams existe reparacin del dao causado.

Por todo lo expuesto, es menester que los administrados en cada pas, puedan entender que tambin existe esta otra lamentable lgica perversa; y, en consecuencia, puedan percibir con otros ojos, las situaciones que ocurran, ms all de lo obvio.

Por lo tanto, ms que conducirse por emociones, que incentivan mayor caos y acracia, puedan, por el contrario, ms bien, exigir en sus respectivos pases, el cumplimiento de sus propias Constituciones, exigiendo leyes oportunas en sintona con ellas, adems de compeler el acatamiento a todas sus autoridades y servidores pblicos al cabal cumplimiento de su normativa nacional, ejerciendo recio control social en bsqueda de una autntica responsabilidad, recuperacin, reparacin y resarcimiento de los daos ocasionados tanto por particulares, polticos y funcionarios pblicos vigentes, corruptos, abusivos, cnicos y/o violentos.

Se debe responsabilizar a aquellos que slo llegan para trastornar, para compartir quejas, desdichas, problemas, que incentivan la falta de autoestima, que sugestionan, inventan, provocan y/o promueven historias tristes y desastrosas, inculcan miedo, violencia, divisin, confusin, prejuicios y perjuicios a los dems. Si alguien busca un cubo para echar su basura (toda esa su toxicidad), se debe procurar que no sea en nuestra mente (no ms bloqueos mentales).