Miércoles 25 de junio 2025

Un agosto que da miedo



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Sí, la república cumplirá 200 años en agosto, pero no se sabe en qué estado estará, si ya en mayo no mostraba signos vitales.



Tres o cuatro masistas se disputaban el derecho a darle a Bolivia el tiro de gracia en agosto o en octubre, como el puntillazo del torero que ha terminado la faena.



El trabajo que ha hecho ese partido desde 2006 ha sido muy eficiente, cumpliendo lo que Álvaro García Linera había ofrecido: "vamos a destruirlo todo".



Pocos le creyeron entonces porque se trataba de un partido creado alrededor de un cocalero que decía ser indígena sólo porque no hablaba bien el español.



De todos modos, los masistas se pusieron manos a la obra y, de veras, lo fueron destruyendo todo, algunos sin saber que la tarea era esa, sólo usando sus auténticos  instintos.



Y se convirtieron en una banda de saqueadores, en vándalos que van rompiéndolo todo lo que tocan.



Un día cualquiera, alguno de ellos preguntó qué utilidad tenía la empresa Correos de Bolivia. Cuando le informaron, y en vista de que él no sabía ni leer ni escribir cartas, decidió cerrar la empresa.



Luego, estos gobernantes fueron afinando la puntería. La consigna fue que se debía extirpar toda actividad económica del sector legal.



Si había una industria petrolera vigorosa, pero que era del sector legal, había que asfixiarla hasta matarla.



Alguien preguntó si no era prejudicial perder los ingresos que producía ese sector, pero pudo más la consigna.



No fue casual que dejaran de invertir en la industria petrolera a pesar de haber recibido 70.000 millones de dólares por las exportaciones de gas.



Bueno, en realidad, se robaron casi todo ese dinero y luego, para justificarlo, optaron por lo ideológico y dijeron: para qué invertir en una empresa dedicada a actividades legales.



En el agro, pues había que acabar con cualquier cultivo que no fuera coca. Cobrar impuestos y aplicar multas a los productores, y si quedara alguno en pie, asaltar sus tierras, arrebatarlas, y listo.



No saben si eso es socialismo, o islamismo, o lo que sea, pero lo hacen. Y han cumplido el propósito de destruirlo todo.



Los opositores no están muy ansiosos porque lleguen las elecciones, como lo demostraron negándose a elegir a uno solo de ellos para enfrentar al MAS.



Incluso fueron llevados a Harvard para una especie de cónclave de unidad, pero no hicieron nada porque saliera humo blanco por la chimenea. 



El proyecto estratégico masista estaba mostrándose exitoso. Nadie quiere ser presidente de un país quebrado, en estado de coma.



Pero algún miedo tienen los estrategas de la destrucción. Los votantes se están organizando para tener un solo candidato en agosto. Será el que intente resucitar el país.



Siglo21bolivia.com